Por fin llegó. Estamos a las puertas de que una nueva edición de la Ehunmilak-G2h-Marimurumendi para los que supongo muchos de vosotros os habéis preparado a conciencia. Tras estos últimos meses compartiendo con vosotros este espacio en el que he tratado de aportar mi granito de arena, he creído conveniente que el autor de este último escrito sea uno de vosotros. Uno de los que este próximo viernes estará en la línea de salida junto a muchos de vosotros. He querido que fuese él quien aportase las últimas palabras desde la perspectiva de un participante. Alguien que ya ha participado en esta prueba anteriormente y que sabe a lo que se va a enfrentar. No se trata de dar consejos ni tampoco de hacer una crónica de ediciones pasadas. Tan solo le he pedido que hiciera memoria y repasase sus sensaciones y lo que le venía a la cabeza al tratar de recordar sus vivencias y sus sensaciones durante la prueba del año pasado. Por lo tanto, no encontraréis ninguna fórmula mágica ni ningún consejo milagroso que haga que esta prueba se os haga más sencilla. No es ese el objetivo. Creo que es el momento de ser fuertes y de que los que vais a plantaros en la línea de salida seáis conscientes de que no va a ser fácil pero, quien dijo que lo iba a ser?

Hace varios meses os hablaba de la gran importancia que tiene la fortaleza mental  en este tipo de retos. Pues bien, ha llegado el momento de probarla, de responder ante la adversidad y de tratar conocer hasta qué punto sois capaces de “castigaros” para lograrlo.

“Estamos ya en la última semana. Tan solo falta que pasen los días. No es ya tiempo de entrenar sino de descansar y relajarse. No puedo evitar consultar la previsión de las condiciones meteorológicas del fin de semana, dependemos en gran medida de ellas. Parece que no va a llover, que los cielos van a estar despejados y que sin ser extremo, el calor va a apretarnos lo suficiente como para que la travesía se haga un poco mas difícil. Pero no nos vamos a lamentar, acaso no estamos en pleno verano? Podría ser aún peor.

Creo que me ha venido bien que Jon me haya pedido este ejercicio de repasar mis sensaciones y vivencias de la prueba del año pasado, creo que es un buen ejercicio que a todos nos puede ayudar, es una forma de tener muy presente lo que probablemente vamos a vivir y de permanecer alerta y preparados para que nada nos sorprenda. Por tanto, allá vamos…

Llega el día. Hace calor y todos los participantes nos cobijamos en la sombra, la ventaja de vivir muy cerca del punto de salida me ha permitido no tener que viajar y de tomarme el dia de manera más relajada, incluso he podido echar una siesta en casa. Gran ambiente de camaradería en Beasain, se ve a la gente ilusionada pero también se aprecia el respeto que tenemos todos ante lo que se nos presenta. Saludos, charlas, pero sin demasiada efusividad. Que esto empiece ya!

Primeros 30km, para mí los peores y más con el calor que hace que el hidratarse sea ya una prioridad. A su vez, surgen los primeros temores. Beber sí, pero no quiero llevar la tripa hinchada y generar esa sensación de pesadez. Es aún muy pronto  para retar al estómago a trabajar a marchas forzadas

Esto acaba de empezar, no hay nada que ganar y sí mucho que perder. Esto va a ser muy largo. Trato de relajarme buscar un ritmo al que me sienta cómodo y de mi posición en carrera

Comenzamos a subir el monte Irimo,  primera subida durilla y me asaltan las primeras dudas. Estoy corriendo bien? No estaré llevando un ritmo demasiado exigente? La cuesta se hace durilla y esto me hace recordar que a pesar de lo bien que me encuentro, los momentos difíciles surgen de repente. Trato de mantener la concentración y para adelante!

Es ya de noche. A partir de este punto y hasta llegar a Azpeiti , hemos logrado conjuntar un grupo de corredores. No los veo como competidores  sino como compañeros la verdad es que disfruto de la compañía de Joxelu, Erlantz, Kataka… gente que sabe muy bien de qué va esto. Los kilómetros van cayendo más rápido cuando se va en grupo y espero poder aguantar en él el máximo tiempo posible, pero tengo la capacidad suficiente como para aguantar el ritmo?. Dudas, siempre dudas.

Dejamos Azpeiti atrás y sigue  acompañándonos la oscuridad de la noche. Nueva subida y momento para experimentar  nuevos altibajos.  El sueño hace acto de presencia por primera vez, pero soy consciente de que si todo va bien son las últimas horas de oscuridad antes de llegar a la meta de Beasain.

Bajamos hasta Tolosa, lo calificaría como el punto en el que concluye la primera parte de la prueba, llego en buen estado. Mejor pensar en todo lo logrado hasta ahora que en lo que queda por lograr… parece que todas las horas de entrenamiento y tanto sacrificio están teniendo su recompensa. Buen momento para comer y tomar un café

Por fin llega el amanecer,  quizá el momento más bonito de toda la prueba,  contemplar la salida del sol es algo impresionante, no importa dónde te toque,  trato de lograr la serenidad y la paz suficiente para disfrutar de este momento y cargar pilas. Es un momento de resurgimiento, ya no hay que forzar la vista para intuir por donde caminas ni en donde estás. La mente se ve aliviada.

Comienza la parte más montañosa y los parajes por los que nos vamos a adentrar son espectaculares, Nos dirigimos hacia el parque natural de Aralar, zona muy especial para alguien que ha crecido en sus aledaños. Conozco el terreno como la palma de mi mano. Estoy en mi territorio y esto supone un motivo extra de motivación 

A pesar del cansancio,  si uno va entero físicamente todavía se puede disfrutar de las vistas y del paisaje pero cuidado, son ya  más de 100k y hay que utilizar mucho y bien la cabeza. Los errores se pueden pagar muy caros a partir de ahora

Llegamos a Lizarrusti, uno de los puntos clave de la carrera. Desde aquí hasta Etxegarate es quizá uno de los tramos más difíciles a nivel psicológico. El maravilloso paisaje de Aralar desaparece y de repente y durante 14km nos adentramos en una zona boscosa  que se hace interminable

El punto de control de Etxegarate es un buen lugar para además de beber y comer charlar un poco para abstraerse del esfuerzo y despejar  la mente. Son ya muchas horas y los bajonazos son ya inevitables.

Me digo a mí mismo “solo queda un maratón”. A partir de aquí se hace realmente duro, pero para eso nos hemos preparado, no? Hago hincapié en lo importante que es seguir comiendo y bebiendo. Parece como si nuestra mente nos tratase de engañar y de que se nos olvide. La desgana y las molestias gástricas nos pueden tender una trampa. Hay que luchar contra ello.

Emprendemos la subida a Aizkorri. Es preciosa  pero  a la vez el cansancio es ya tan grande que es difícil apreciar lo que te rodea. Intento disfrutar de la ascensión tal y como lo haría cualquier otro día. Llego a la cima y me siento un instante para contemplar el paisaje, recargar fuerzas y analizar la situación. A pesar de que mi posición en carrera es como para estar muy satisfecho, el único deseo que se apodera de mi mente es el de LLEGAR.  Evito pensar lo típico, que desde aquí hasta meta es solo bajada y ya se va a hacer más fácil. Pero…no es cierto.  Sé que va a ser muy duro pero a pesar de todo es el primer momento en que en mi cabeza suena “Hostia lo voy a acabar!” hasta ese momento siempre han existido los momentos en los que he dudado de ello.

Desde la cima del Aizkorri bajamos hasta Mutiloa. Vuelta a la “civilización”, el hecho de volver a encontrarme con caras conocidas supone un plus de motivación. No queda más que una pequeña subida a Lierni y la interminable travesía hasta bajar finalmente y adentrarme en las calles de Beasain.

Estos momentos los guardaré en mi memoria para toda la vida tanto por el sufrimiento que ya alcanza el grado máximo como por el disfrute de comprobar  que efectivamente he sido capaz de lograrlo. A este tramo final yo lo denomino  “el camino hacia la victoria” y todas las sensaciones y vivencias que uno es capaz de experimentar durante estos momentos me las guardo para mí mismo, no porque no los quiera compartir con los demás sino porque me sería imposible describirlos tal y como son. No quiero que expresados por mis palabras pierdan un ápice de su significado.

Mucha salud y determinación para todos este próximo fin de semana.

Adur Mendizabal

 

Como podéis comprobar, no encontraréis un relato épico en las palabras de Adur,  ese lo tendréis que construir todos los que vais a participar en la prueba este fin de semana.

Espero haberos podido ayudar algo en estos últimos meses

Un abrazo a todos

 

Jon

www.jonaranburu.com