En el escrito de Enero, me tomaba la libertad de aconsejar a aquellas personas a quienes les asaltaban las dudas sobre cuándo podría ser el momento más adecuado para atreverse con una ultra y animaba a todos aquellos que realmente sienten esa curiosidad y ese impulso de probarse a sí mismos, a dar ese paso y no considerar indispensable una cierta experiencia previa en pruebas o competiciones de distancias inferiores.

En esta ocasión trataré de describir algunas de las características que considero que alguien que quiere “hacerlo bien” en un ultratrail debe tener en cuanta.

Considerando que el término ultra se emplea para denominar a cualquier prueba cuya distancia sobrepasa los 42.195 km de los que se compone un maratón, creo que no sería acertado concebirlo simplemente como un “maratón largo”.

Si tuviéramos que enumerar los factores de los que depende el rendimiento en pruebas de distancias inferiores como pueden ser los maratones de montaña, podríamos centrarnos en parámetros fisiológicos como la capacidad de nuestro corazón para transportar oxígeno y de nuestros músculos para hacer uso de él , en la eficiencia de nuestra forma de correr y nuestra zancada, en los diferentes terrenos por los que nos movemos, en la habilidad motriz para transitar por terrenos técnicos de manera ágil y fluida o en la capacidad para almacenar y oxidar principalmente carbohidratos apoyándonos en una gestión del ritmo o intensidad de carrera acertada que se adapte a las exigencias de cada terreno.

Sin embargo, al referirnos a un ultratrail, podría ser más rentable sacrificar algunas de estas a priori ventajas, con el fin de obtener otros beneficios quizá más específicos y que a la larga pueden inclinar la balanza a nuestro favor.

Uno de los factores que más puede limitar el rendimiento de un corredor durante un ultratrail, es el daño muscular que se produce en el tren inferior debido las miles de zancadas y de traumatismos a lo largo de toda la prueba. A pesar de que el terreno variable puede jugar a nuestro favor al posibilitar una mayor variabilidad en nuestro tipo de zancada o en la forma, intensidad y posición en la que los músculos reciben cada impacto, no hay duda de que la suma total de kilómetros supone una dosis elevada de desgaste muscular. Algo que puede minimizar o ayudar a paliar esta “agresión” es la variabilidad en la forma de correr. Por ejemplo, el utilizar una mayor frecuencia de zancada (más zancadas y más cortas) y el tratar de amortiguar el impacto con el talón, sobre todo al descender pendientes, a pesar de ser menos eficiente puede proporcionarnos un saldo positivo y dotarnos de una reserva para seguir corriendo a medida que vayan pasando las horas de carrera.

De igual manera, el calzado con una mayor amortiguación podría ser también una herramienta valiosa para aminorar este daño muscular a costa de perder eficiencia. En este sentido, creo que algunas marcas y modelos de zapatillas “maximalistas” que han emergido en el mercado últimamente pueden ser una opción interesante

En cuanto a las características morfológicas, el prototipo de corredor de ultras podría admitir una tipología con un tren inferior más fuerte y desarrollado para poder hacer frente a las exigencias musculares ya mencionadas y por tanto el típico corredor con piernas estilizadas y que a priori podría partir con ventaja en pruebas más cortas en las que la velocidad tiene una mayor relevancia, probablemente no sería el prototipo ideal.

En cuanto a los requerimientos metabólicos, el almacenamiento de carbohidratos antes de un ultratrail cobra una menor importancia que en distancias inferiores ya que no vamos a tener más remedio que repostar en carrera. Sera de vital importancia tener la capacidad para ingerir y digerir con éxito cantidades importantes de alimento con el menor número de incidencias o problemas gastrointestinales.

En escritos anteriores (https://www.ehunmilak.com/es/alimentacion/) ya os hablé de las diferentes estrategias nutricionales que pueden utilizarse. En este sentido, las dietas ricas en grasas que podrían promover una optimización en la oxidación de lípidos podrían cobrar sentido si hablamos de un ultratrail

Posiblemente una de las características más importantes para superar el reto de un ultratrail esté en nuestra mente y lo que sucede en ella durante tantas horas de carrera en las que inevitablemente tendremos que atravesar momentos difíciles.

En los últimos tiempos, al igual que el factor psicológico como factor condicionante del rendimiento está cobrando cada vez más importancia, también el interés por parte de deportistas y entrenadores en este campo está creciendo y constantemente van saliendo a la luz diversos estudios centrados en este área y que emplean términos como “fatiga mental” o “entrenamiento mental” a la vez que proponen novedosos modelos y curiosas estrategias para mejorar el rendimiento deportivo.

Pero de esto os hablaré en otra ocasión.

Por supuesto, hay más factores de los que depende el rendimiento y que merecen nuestra atención pero creo que los que acabo de enumerar merecen una especial consideración.

Un saludo y a entrenar!

Jon Aranburu

www.jonaranburu.com